Regreso a la Misión de Corea



Después de un largo viaje por Korea Airlines llegué sin novedad a Corea el pasado jueves 7 de mayo, la noticia en el mundo era la influenza porcina que puso prácticamente a México en cuarentena y en guardia al resto del mundo, sin embargo al llegar al aeropuerto de Incheon solo me tomaron la temperatura como a todos los pasajeros y seguí mi viaje sin novedad para ser encontrado en el aeropuerto por los PP. Eugenio Romo y Juan Francisco Torres. 
Mi llegada a Corea fue a las 5 de la mañana y doce horas después me encontraba en la ciudad de SunCheon a cinco horas de viaje en auto al sur del país, después de saludar a los padres de la Casa Regional en ese lugar, los PP. Fidencio Contreras, Francisco Arriaga y José Navarro me fui a descansar. 
El sábado 9 de mayo ya me encontraba aquí en la parroquia de MangUn listo para suplir al P. Antonio Moreno que regresa a la patria por vacaciones. 
La parroquia de MangUn se encuentra en un pequeño poblado al sur del país en el municipio de Muan cerca de las ciudades de Mokpo y GwangJu, la población es tan pequeña que solo cuenta con un crucero y un semáforo que siempre está parpadeando anunciando precaución a los conductores que pasan por ahí. A pesar de ser pequeño cuenta con una oficina de correos, un banco, farmacia, salón de belleza, tiendas y restaurantes, sin embargo los artículos que se venden aquí son de primera necesidad por lo que para más surtido hay que ir a MuAn o a Mokpo.
La parroquia tiene tres estaciones misioneras (cuando menos hasta ahora es lo que sé yo), en una de ellas llamada Jido (se pronuncia Chido) está el P. Héctor Díaz atendiendo el lugar. El número de católicos en toda la parroquia no rebasa los 500.
A pesar de ser una comunidad pequeña se cuenta con diferentes grupos de apostolado y consejo parroquial en la cabecera parroquial y en dos de las estaciones misioneras.
Yo esperaba tener un "aterrizaje" un poco más suave después de doce años haciendo trabajos en México sin embargo las circunstancias me han obligado a ponerme inmediatamente en movimiento, por lo pronto al mismo tiempo que atiendo la parroquia tengo que hacer mis trámites de residencia, obtención de licencia de conducir y otros documentos necesarios para poder comprar teléfono celular, etc. Lo importante es que, Gracias a Dios, me encuentro de nuevo en esta Misión y con muchas ganas de trabajar a favor de las misiones.



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