Accidente automóvilistico del P. Rigoberto Colunga
Valiéndome de la eficacia de este medio, me dirijo a ustedes para hacerles llegar mi gratitud por el apoyo moral y espiritual que han tenido a bien para con mi persona durante mi convalecencia en el hospital.
Para quienes aun no se enteran, el pasado martes 2 de junio, después de terminar una reunión de vicarios del decanato, un servidor juntamente con cuatro padres más sufrimos un accidente automovilístico en las inmediaciones de la parroquia de OKSUDONG 옥수동, en Seúl.
De manera breve les comparto a detalle:
Todos desprovistos de paraguas y bajo un intenso aguacero resultamos "afortunados" de que un compañero, que había acudido a la reunión en coche, amablemente se pusiera a nuestra disposición para regresarnos a nuestras respectivas parroquias. Otros compañeros previamente se habían marchado.
Justo bajando una lomita, donde está la parroquia cede de la reunión, en el momento de querer incorporarnos a la circulación de una avenida (por medio de una vuelta a la izquierda) nos llegó una camioneta por la parte trasera del lado izquierdo del coche (justo en la puerta trasera del chofer). Obviamente que esa camioneta tenía que haberse detenido respetando el semáforo.
Para que se den una idea de la magnitud del impacto, y para que juntamente conmigo se maravillen de la presencia protectora de nuestro buen Padre Dios, les digo que el coche en el que viajábamos quedó inservible. Fue pérdida total. Y nosotros, dentro de lo que cabe, salimos bien librados. Las consecuencias del impacto las sufrimos mas los tres que viajábamos en la parte trasera, siendo yo el que resulte más afectado (tal vez porque me tocó en la parte de en medio).
Los golpes los resentí en la cadera y las piernas. En el momento me fue imposible salir por mi propio pie del coche, fueron los socorristas de la ambulancia quienes me recogieron en camilla y, juntamente con tres de los padres, me trasladaron al hospital.
Mi recuperación ha sido gradual. Después de una serie de exámenes y de haber permanecido por cinco días en observación medica, el día de ayer sábado, me dieron de alta. Del hospital salí por mi propio pie y pues hoy ya me siento mucho mejor, aunque con algunas molestias muy lentamente puedo caminar.
Para terminar les confieso que esos cinco días de hospitalización han sido los más largos de mi vida (tal vez por ser la primera vez que me hospitalizo); sin embargo la presencia cálida de los fieles de mi parroquia, de monjas y de algunos curas del decanato y hermanos MG, propiciaron que los sufrimientos se mitigaran y los asumiera con ojos de fe.
Creo que como Lázaro he alcanzado la misericordia de Nuestro Señor, así que ahora con ánimo alegre me dispongo a vivir con mayor intensidad el maravilloso don de la vida.
Me sigo encomendando a sus oraciones.
Rigo"
Como menciona el P. Rigo, ahora se encuentra mejor y con ánimos de seguir adelante...
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